martes, 11 de junio de 2013

Rebelión y conservadurismo de 1984


Presentaciones sobre "1984" G. Orwell from joliververmeulen



La necesidad de Orwell de legitimar el conservadurismo se debe a proteger el civismo y la lengua tradicional. Ninguna sociedad deseable puede existir si la llegada del hombre nuevo depende de nuestra capacidad de olvidar el pasado.  Por tanto, ninguna sociedad digna de las posibilidades modernas puede existir si el movimiento radical mantiene elementos conservadores. Este pasado sirve para que cualquier elemento revolucionario no se convierta en una variante más de los errores ya cometidos.

            Por tanto, si Winston Smith conserva alguna parte de humanidad es por su admiración al pasado; pero esto es lo que le lleva a ser descubierto por el gerente de la tienda de las antigüedades que es un agente encubierto de la policía del Pensamiento. Esta pasión es la verdadera razón de la rebelión, que por tanto es una rebelión conservadora. También es muy importante recalcar que en la neolengua, “conservadurismo” designa justamente a “crimen de pensamiento”, toda la complicidad con todas esas encarnaciones del mal político, como la derecha, el orden establecido o la sociedad de intolerancia y exclusión.

            En Inglaterra la oposición entre Whigs y Tories se impuso a partir del siglo XVII para distinguir entre el partido del movimiento y el del conservadurismo, y es importante decir que la mentalidad de la izquierda de romper con la mentalidad conservadora no debe confundirse con las exigencias culturales del capitalismo, ya que defiende que la civilización tiene que ser cualquier cosa menos conservadora.

            Por tanto, el capitalismo consiste en diluir constantemente todas las condiciones existentes. Desde esta perspectiva, la última posibilidad del termino socialismo es convertirse en otro nombre del desarrollo imparable de la gran industria, que trae consigo la tiranía de los mercados financieros, el urbanismo excesivo y la sobrecomunicación. Por eso el miedo a parecer desfasado está presente en el pensamiento de la mayoría de los intelectuales de izquierdas, que unen el futuro radiante con el cibermundo, y lo complementan con el espíritu “liberal-libertario” que domina el mundo de los espectáculos y la comunicación.

            A lo largo del siglo XX las ambiciones históricas de la izquierda han podido usarse fácilmente contra el pueblo, ya que cuando el progresismo se presenta como la simple verdad idealizada del capital, es hora de adoptar abiertamente cierto conservadurismo crítico, que hoy en día es uno de los pilares necesarios para poder criticar la sobremodernidad.

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